Este mismo entierro sugiere algo más que un simple sistema
matrilineal, porque esta mujer recibió atención muy especial. Primero, su tumba
fue recubierta por piedras de moler. Luego, a los pies fue enterrado un hombre
degollado y descuartizado, evidencia de un posible sacrificio en honor a la
mujer. Tercero, hay evidencia de siete entierros secundarios en la misma tumba,
probablemente realizados durante distintos ritos posteriores. Otro dato
interesando sobre el osario es la presencia de entierros de niños en lo que
parece ser recinto muy especial.
Según estas observaciones, la sociedad valdiviana se estaba
transformando en una sociedad no igualitaria. Uno de los rasgos del cacicazgo
es la concentración de autoridad en manos de herederos, y arqueológicamente se
puede observar esta práctica por medio de entierros con víctimas sacrificadas.
Un niño con atención tan especial probablemente nació con un rango
privilegiado, ya que no tuvo tiempo en la vida para ganar este estatus. En el
sitio OGSE-80 de la cultura Las Vegas, se encontraron alrededor de 190
individuos en 61 pozos. A pesar de esta riqueza de evidencia, no hubo ninguna
señal ni de desigualdad social ni de sacrificios.
La presencia de entierros debajo del piso arcilloso de las
chozas residenciales es bastante característico de muchas sociedades agrícolas.
En efecto, los entierros sirven como títulos de propiedad que indican cual
linaje es dueño de la propiedad. Quizás los valdivianos hacían lo mismo. En
muchas sociedades agrícolas en este nivel de desarrollo en el mundo, la
propiedad pertenece a las mujeres y los linajes se definen por el lado femenino
("sociedad matrilineal"). La presencia de una "matriarca"
en entierro muy especial en el montículo del osario de Real Alto posiblemente
refleje una organización matrilineal para la cultura valdiviana.
http://alabado.org/culturas-precolombinas/cultura-valdivia

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